Su niñez

Desde pequeño, posee un gran control con las Demon Rose y crece entrenando para llegar a la perfección. Siente un gran cariño hacia su protector y lo admira como a un padre. Lleva siempre consigo un colgante que tenía cuando es encontrado, el cuál sólo se quita de joven al heredar oficialmente la Cloth de Piscis frente a la tumba de Rugonis, dejándoselo en ella como símbolo de que lo considera su verdadero padre. Cuando éste le propone llevar a cabo el Ritual carmesí, el niño acepta inocentemente pensando que así su Maestro no volvería a estar solo y vivirían juntos, ya que si no lo hacía al crecer tendría que abandonar lo que considera su hogar y familia. 

Pasan los años y el ritual, que consistía en un intercambio de sangre envenenada, hace mella en el cuerpo de ambos pero el pequeño fue ganando resistencia y haciéndose inmune, a diferencia de Rugonis que al final no lo resiste y cae víctima de ella. Antes de morir, le confiesa que el objetivo del ritual es que al intercambiar sangre envenenada sólo aquel que generara el veneno mas letal sobreviviría. Esto marca profundamente al adolescente Albafica, por ser el causante de la muerte de su padre-Maestro, viviendo una melancolía que el aislamiento, fruto de su destino como Santo de Piscis, no ayuda a mitigar.