La historia narrada

Siendo apenas un bebé es abandonado en un campo de rosas lejos del Santuario, allí lo encuentra Rugonis, el ermitaño Santo Dorado, y se lo lleva con él para cuidarlo. Al crecer, el pequeño Albafica recibe entrenamiento de Santo y se transforma en el único candidato a portar la Cloth de Piscis, sin embargo, su Maestro se resiste a confinarlo a la vida en soledad en que deben soportar los Santos de Piscis y duda si su alumno se arrepentirá en el futuro del sacrificio que debe cometerse. Es por eso que antes de dar el siguiente paso, le pide al Patriarca que llegado el momento le permita a su alumno la decisión de continuar o no con el deber de Santo.

Siendo aún un niño su entrenamiento consiste principalmente en dominar la práctica del tiro al blanco con múltiples objetivos al mismo tiempo, pero aun siendo un genio debe superar la perfección, en puntería, velocidad y fuerza, ya que el Santo de Piscis no puede permitirse el mínimo roce de error puesto que esto podría significar el sacrificio de algún inocente. El día que lo logra, Lugonis le da a escoger entre aceptar convertirse en su sucesor, confinado a una vida de soledad o salir del campo de rosas y vivir como alguien normal. La inocencia del pequeño Albafica no le permite entender lo que quiere decirle pero no quiere dejar solo a quien él quiere como un padre así que acepta continuar. Es cuando el Santo le habla del ritual que deben llevar a cabo, el llamado "Lazos carmesí"  que consiste en intercambiar sangre entre maestro y alumno durante mucho tiempo. Pasan varios años y el pequeño soporta agonizantes momentos, el veneno en la sangre de Lugonis lo empujan al límite de la muerte pero sólo sobreviviendo podrá demostrar que es digno de la Cloth. Mientras Albafica se iba superando, Lugonis comenzaba a mostrar un deterioro de salud, hasta que en una de las sesiones cae gravemente enfermo. Es cuando le revela la verdadera finalidad del rito. Resistir los años de transfusiones de sangre con veneno que iba ingresando a su sistema lo hicieron invulnerable al mismo y sólo aquel que tuviera la toxina más poderosa sería capaz de sobrevivir. En este ritual sólo Piscis quedaría con vida y en esta oportunidad el pequeño ganó la contienda, quedando una sombra en su conciencia de haber sido el responsable directo de la agonía y muerte de su Maestro.


El momento del despertar de Hades finalmente ha llegado. Los doce Santos Dorados  se reunieron y recibieron la orden de alerta, Albafica tiene la misión de custodiar los alrededores del Santuario, por ello tomó la decisión de sembrar sus rosas más allá de la Sala del Patriarca.

La tarde que el  reciente despertado dios envió a sus Espectros a hacer el primer ataque, el Santo de Piscis ya estaba preparado. Bajó del Templo que resguarda, la última Casa en enfrentarse al enemigo, para tomar lugar en la vanguardia de la batalla y ser el primero en hacerle frente a los invasores. Para ello cruzó por el pueblo de Rodorio, el más cercano del Santuario, y se topó con una niña del lugar a la cual le prometió protegerlos con su propia vida obsequiándole luego una rosa que ella ubicó en su pecho, como recordatorio de la promesa que acababa de hacer.

Se sienta a esperar en el centro del jardín de rosas rojas sobre los restos de unas columnas. Desde allí los divisa cuando arriban y observa, sin dar señales de su presencia, sus rostros de sorpresa cuando se topan con el inmenso plantío de flores, esperando que avancen y se adentren en la trampa. Son Espectros al mando del Kyoto Minos de Griffo, que sin dar crédito al peligro en que se enfrentan comienzan a pisotear las rosas burlándose de ellas pero caen muertos instantes después hacerlo. En el momento en que su comandante se disponía a avanzar, es advertido por un soldado del Ejército de Radamanthys que se sumó a la misión, Niobe de Deep,  y descubre ante el resto a Albafica.

El Santo les da la bienvenida presentándose ante ellos y les advierte de lo mortales que son esas rosas ya que con su sola fragancia pueden matar a cualquiera. Los Espectros, al verlo caminar entre ellas sin problemas no le creen y se adentran a atacarlo sólo para recibir una ‘Royal Demon Rose’ que los aniquila. Luego mira arrogantemente a sus adversarios y se burla de ellos para provocarlos e incluso reta al mismo Minos a enfrentarse a él pero Niobe pide ser quien lo haga.

El veneno de las rosas pareciera no afectar a este Espectro que lo ataca directamente pero su puño es detenido por una rosa negra, la misma que utiliza para ejecutar su ‘Piranian Rose’. Al momento siguiente las rosas que rodean a Niobe comienzan a marchitarse por la ‘Deep Fragance’ que ejecuta. El pisciano se da cuenta  que el veneno comienza a expandirse y teme por las aldeas cercanas por lo que sin siquiera pensarlo lo absorbe en sí mismo, la sorpresa de su contrincante aumenta cuando nota que dicha acción no lo afecta en lo más mínimo, una dosis como esa no basta para afectar al Santo que sobrevivió al ritual de los “Lazos carmesí”. Sin dar demasiados rodeos materializa su propia sangre y la lanza en forma de lluvia de agujas contra el Espectro, que al recibirlo directamente cae fulminado al suelo.

A su espalda escucha como el Kyoto lo alaga satisfecho mientras camina hacia él, ve como le brillan sus sádicos ojos antes de ejecutar una ‘Gigantic Feather Flap’ que cortaría de raíz cada una de las rosas del lugar dejando un desierto de rocas a su alrededor.  Se le planta en la cara tan repentinamente que logra que Albafica pierda la postura calmada con que se mostraba hasta el momento y luego de escuchar como se le mofa por no tener sus rosas plantadas en el campo de batalla no puede evitar sentirse ofendido por minimizar su estatus de Dorado. Le envía de lleno una ‘Piranian Rose’ directo al cuerpo sin saber que dicho movimiento era lo que el Espectro estaba esperando.
Algo está
‘Cosmic Marionettion’


No pudo haber escogido palabras que insulten más su orgullo si lo que querían era provocarlo, la furia comienza a recorrerle el cuerpo y sale de su aspecto calmado.