Su rol en la Guerra
Piscis debe proteger el último camino que lleva a la recámara del Patriarca, es la última esperanza de la poderosa defensa pero Albafica quiere ampliar su rango de protección hacia los poblados de alrededores que serán indefensas víctimas de las consecuencias de la Guerra. Con el aval del Patriarca siembra a modo de barrera grandes cantidades de rosas venenosas en diversos puntos estratégicos del territorio y se encarga de custodiar personalmente cada uno de ellos. Como portador de la Cloth de Piscis es inmune a los gases venenosos que despiden su aroma pero nadie más podría sobrevivir si se adentrara a ellas, por lo cual debe ser muy cauteloso a que no se acerquen a esos campos por error.
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Cuando la guardia de Minos amenaza en las cercanías, Albafica no permite que ningún Espectro se acerque, ni al Santuario ni a los pueblos cercanos y en contra la naturaleza del guardián de Piscis, es el primero en iniciar la batalla de defensa.
Frena el solo el avance del enemigo por un buen rato, aún después que el Kyoto destruyera todo el campo de rosas y destrozara su cuerpo. Mientras ambos pelean, Minos les da la orden a sus soldados de destruir todo pueblo que haya cerca antes de entrar al Santuario, eso incrementa aún más la voluntad de Albafica y rompe su brazo para liberarse de la técnica del Juez que lo dominaba como a una marioneta a la vez que lanza sin ser notado una serie de rosas blancas por su técnica Bloody Rose. Estas se clavan en el corazón de los Espectros tiñéndose con la sangre de sus blancos y derribando la última avanzada enemiga.
Pero el Kyoto aún lo tiene entre sus hilos pese a los poderosos contrataques con que le hace frente el Dorado y tras una sorprendente resistencia, termina cayendo desangrado con los huesos destrozados por la compresión de la técnica de Griffo. Tras verlo muerto, éste se dirige a Rodorio con el fin de cumplir su deseo de destrucción. Allí se encuentra con quien debió haber sido su primer adversario desde el inicio, el Santo de Aries.
Para sorpresa de los presentes, al momento que estaba iniciando el enfrentamiento una rosa evita que el Espectro dañe al Carnero Dorado. Es Albafica que con sus últimas fuerzas está dispuesto a cumplir con la misión que le fue encomendada. En un impresionante enfrentamiento, el Santo de Piscis resiste creando una técnica de distracción y contratacando con una rosa blanca teñida con su propia sangre apuntada directamente al corazón del Kyoto. La sangre de Piscis es letal y con esa acción muere Minos de Griffo.
El Santo Dorado Albafica de Piscis muere minutos después con la satisfacción del deber cumplido, sabiendo que con su sacrificio el Santuario y las aldeas vecinas obtuvieron la primera batalla ganada. Shion de Aries se lleva el cuerpo del pisciano trasladándose entre emotivos campanazos de la agradecida aldea.