Nombre: Aldebarán de Tauro, aunque su verdadero nombre es Hasgard. El nombre de Aldebarán, que hace referencia a la estrella más brillante de la constelación de Tauro, es un título que se hereda junto a la armadura, por lo que todos los caballeros de Tauro renuncian a su nombre y adoptan este.
Maestro de: Teneo, Selinsa y Salo.
Carácter: Es un caballero que respeta el honor que se deriva de su posición e intenta ser buen compañero con el resto de caballeros de Atenea. Es bastante atento, inteligente y bondadoso. Pretende redimir a Kagaho de Bennu movido por su carácter y pretende salvarlo de su propia soledad.
Técnicas: A diferencia de su sucesor, Hasgard no tiene una sola técnica, sino que ha sido capaz de crear dos: El Gran Cuerno y La Nova de Titanes.
1. Gran Cuerno: Aunque Aldebarán parece quieto y con los brazos cruzados, lanza su enorme cosmos contra el contrincante, arroyándolo con toda su fuerza.
2. Nova de Titanes: Lanza el cosmos hacia adelante, con todas sus fuerzas, creando una explosión similar a la de una nova (tipo de estrella) a pequeña escala.
Para más información, abrid el spoiler.
SPOILER
La primera aparición de este personaje sucede en el tercer capítulo del primer tomo del manga; "La guirnalda del reencuentro". Está en la sala del Patriarca, con el resto de dorados, esperando el regreso de Shion de Aries y las noticias que este trae de Jamir, sin embargo no volverá a aparecer hasta el cuarto tomo.
En éste, concretamente en el capítulo 27 "El gran Pescador", aparece Tauro dejando pasar a Dockho hasta su templo, que había sido guardado en su ausencia por Shion de Aries. Conversa con Dockho y le deja ver su preocupación por los espectros y su inmortalidad, pero también por Ashmita de Virgo, del que en cierto sentido se pone en duda su fidelidad, debido a su carácter.
Sin embargo su intervención de mayor importancia se da en el tomo 5, que está dedicado casi en exclusiva a este personaje. En un primer momento debe enfrentarse a una serie de espectros que, al encontrarse fuera de la barrera de Atenea han vuelto a la vida dispuestos a llevar al Castillo de Hades la cabeza de Atenea. Los vence usando la más conocida de las técnicas de la casa de Tauro: "Gran Cuerno".
Pero un rival de mayor importancia llega poco después; Kagaho de Bennu tiene una cuenta pendiente con Libra que quiere saldar. Sin embargo no es a Libra a quien encuentra, sino a Tauro, que no está dispuesto a dejarle pasar ni a contestar a sus preguntas "poco educadas". De hecho, desea enseñarle maneras a golpes, si hace falta.
Esta, a diferencia de la anterior, si es una batalla a su altura. Ambos usan su cosmos al máximo en sus ataques, llegando a quedar ambos malheridos. Aldebarán sufre varias quemaduras y pierde un ojo. Pero la lucha termina con la llegada de Dockho y de los aprendices de Aldebarán, trayendo el pasado a la mente de Kagaho y la necesidad de ganar a la de Aldebarán. Por primera vez se nos muestra una técnica desconocida que no había aparecido en el manga de Kurumada; La Nova de Titanes.
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| Gran Cuerno, la más famosa técnida de los Guardianes de la Segunda Casa. |
Aunque Tauro vence, no acaba con Kagaho, sino que lo deja marchar provocando un cierto resentimiento en él al quedar herido en su orgullo pero también gratitud. Esto traerá consigo una promesa de Bennu de volverse a ver para luchar a muerte.
¿Por qué Aldebarán no acaba con Kagaho? Según se nos muestra mucho más adelante, gracias a Dockho de Libra, Tauro había notado su corazón torturado y deseaba salvar al espectro, no matarlo. Por la conversación que tuvieron durante la lucha había reconocido en él a un igual,un fiel servidor que anhelaba la paz a su manera.
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| Nova de Titanes es la técnica más poderosa de este Caballero de Tauro. |
Tras la lucha, Tauro se presenta ante el Patriarca para explicarle lo sucedido. Debía decirle que había encontrado a un rival con una fuerza comparable a la de un Juez de Hades. Allí, en la cámara del Patriarca, se encuentra a Sísifo de Sagitario, con el que intercambia impresiones y se marcha. Sin embargo, deben volver apresuradamente al lado del Patriarca y Atenea, pues el mismo Emperador Hades ha decidido aparecer en el Santuario. Su intención es defender a la diosa, pero un campo de fuerza creado por Hades les impide cualquier tipo de movimiento.
Es testigo de excepción de todos los acontecimientos; la herida de Sísifo, la lucha contra Hades y Pandora, la marcha de estos después de haber estado a punto de encerrar el alma de Hades... Incluso participa al final de la contienda impidiendo que Violate de Behemot alcance a Pegaso, que se había lanzado a perseguir al dios del Inframundo.
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| Alumnos de Aldebarán. De izquierda a derecha; Teneo, Selinsa y Salo. |
Su honorable final llega poco después, durante la reconstrucción del Santuario derivada del ataque de Hades. Pandora, dudando del corazón de Hades, que cree ha sido envenenado por los recuerdos que tiene su contenedor humano sobre su antiguo amigo, envía a dos asesinos tras él: Cube de Dullahan y Wimber de Murciélago. La suerte hace que en el momento en que llegan allí, Pegaso se encuentre entrenando con Aldebarán y sus discípulos.
Aunque Wimber consigue dormir a todos con su "Sonar de Pesadilla", Aldebarán se las arregla para no caer en su trampa destrozándose los tímpanos. La lucha es desigual, pues Tauro aún no se había recuperado de su lucha con Kagaho e, incluso, se reabren sus heridas. Pero eso no impide que lo dé todo para salvar al único chico que, según cree, es el único de tocar el corazón de Hades y salvar a su amigo Alone. La oportunidad de ganar la Guerra Santa es suya si nada le ocurre a Pegaso.
Así pues, se sacrifica por el bien de Pegaso y de la humanidad venciendo a sus dos contrincantes.
Tras su muerte, aparece Zeros de Frog dispuesto a asesinar él mismo a Pegaso y llevarse los méritos ante Pandora. Sin embargo, se le ocurre comenzar a golpear el cadáver de Tauro, ganándose el odio de Kagaho.
Para Bennu, Tauro había sido un buen rival, digno y honorable, por lo que decide pagarle la deuda de gratitud que le debía acabando con Zeros y, después de que Tenma despertara, advirtiendo a Pegaso del peligro que corría a partir de ese momento y de que Hades no controlaba el ejército en aquel momento, sino Pandora.
